miércoles, 22 de abril de 2009

Asa-Chang & Junray

Bien, ahora basta de concesiones. En nuestra sección "maltratando al cybernauta" vamos a proponer algo bien denso: música experimental de fusión tradicional japonesa-electrónica ¡Ja!

Entiendo la alarma: uno lee "experimental" y le viene a la mente la palabra con la que Macedonio destruyó a Lugones: "soniditos". Un apagado "clong", una especie de "pannngg", algo que suena como "swiishhhh"... (silencio de cuatro segundos interminables)... un gritito... otro gritito... Chau, tirá eso cemelfavor, quesunemboletotal.

Supongo que todo género moderno sufre de lo mismo: el asalto de montones de chantas. Y así se hace engorroso encontrar el talento entre tanta pavada.

Me atrevo a dar ciertas garantías: Asa-Chang & Junray son uno de los grupos J-xperimental que más me gustan, si no el que más ¿Qué hacen? No sé, pero lo hacen con una delicadeza que vuela la tapa de los sesos. Una melodía de cuerdas nos lleva volando... y nos suelta en caída libre hasta que en el medio de la nada somos rescatados por una voz que repite sílabas de una manera queda, pero extrañamente expresiva. Un ritmo absolutamente irregular, marcado por una tabla que debería sonar irritante, excéntrica... pero que no nos molesta en absoluto porque cae exactamente allí donde la esperábamos. Asa-Chang & Junray juegan mucho con la vocalización rítmica y las atmósferas, el drumbeat y el sampling están utilizados con una precisa discreción que los convierte en detalles disfrutables de la música en vez de las previsibles electroparodias que sufre cualquier género no electrónico.

He subido de ellos una de las canciones más bellas que he oído: Senaka, del EP homónimo (2004), cantada por la actriz y cantante Kyoko Koizumi, que tiene una voz tan real que parece falsa.


Recomendación: Ciertas cosas hay que paladearlas en condiciones si se las quiere apreciar. A Kylie Minogue (que no está nada mal tampoco) (su música quiero decir) (tampoco ella, claro) la podemos escuchar en la oficina mientras completamos una hoja de cálculo, o mientras contestamos un mail en un cyber. Pero yo sugiero que a esto se le preste una atención más reposada, cinco minutos bien invertidos en la paz del sofá (que Cioran llamaba ese gran promotor de nuestra "alma"). No es una cuestión reverencial sino de simple eficacia: algunas canciones quedan muy bien en el auricular con un fondo de caño de escape mientras apuramos el paso por el asfalto; en cambio esta es de las cosas que se lleva mejor con el silencio.

Bájenlo de aquí y disfrútenlo con humo o café o té... o lo que sea.

domingo, 19 de abril de 2009

Ali Project

De mi pasión niponófila, una muestra.

Lo interesante sería no ver el video sino escuchar el tema nomás, pero confío en que harán el experimento, o al menos tendrán en cuenta que lo que tienen frente a los ojos no es tan importante como esa canción tan... extraña, esas escalas triunfales que preceden (o anteceden, ya ni sé) unas ejecuciones vocales repetitivas y llenas de medios tonos que le dan un efecto pagano. Creo que no es dificil engancharse con esto:



Me parece que esto es un pop barroco y decadentista, permitámosnos el pequeño entretenimiento perverso de los géneros y estilos. Por lo demás, soy muy torpe para describir una música.

OK, es pop. Ahora pensemos ¿a qué clase de pop estamos acostumbrados? Luego de esto Britney Spears y La Renga son más o menos lo mismo (siendo La Renga mucho menos pretencioso, ergo más auténtico). El cuidado puesto en la escena y el tour de force que representa sostener esas notas (¡y caminando sobre esos tacos!) ya marcan cierta diferencia. La vocalista sabe ser provocativa sin necesidad de proezas contorsivas ni de parecer una niñita oligo. En fin, que me parece que puede gustar más o menos pero indudablemente si uno dice: "Ok, quiero pop, decadente, sensual, que me haga sentir un estremecimiento y me haga soñar cualquier cosa", creo que es preferible saborear este caramelo que resignarse otra vez a la enésima vocecita nasal que pasan por la radio. Si vamos a ser frívolos, que valga la pena.

¿Quiénes son estos?

La formación básica es un dueto, se llaman Ali Project y son uno de los muchos tesoros creo que desconocidos de la música japonesa. Desconocidos para nosotros bárbaros occidentales, porque esta gente tiene editados ya varios discos de los que pienso ir tirando algunas cositas por aquí.

Ali Project suena siempre así, no lo crean. A veces sí. Otras hacen impresionantes temas disco, o melodías de una ingenuidad rayana en lo infantil; otras veces los violines juegan de maneras más clásicas... pero siempre presentan una instrumentación tan cuidadosa que parece irreal, de juguete, fascinante.

Si algo me gusta de los japos -y esto es algo sobre lo que volveré, veo que voy a meter muchas cosas japonesas aquí- es la manera como interpretan la música occidental. La cultura japonesa demuestra una formidable capacidad imitativa, imitación que está lejos de ser servil. Los japoneses tienen la sutil virtud de mejorar cualquier cosa, y a veces es hasta un poco... inquietante (¿sutilmente irritante?) esa facilidad que demuestran en encontrar las claves de cualquier cosa, como si te dijeran: "¿Cultura occidental? Seguro, se hace así:..." y ahí se mandan un jazz, un tango, un pasodoble o un carnavalito, todos perfectos.

Si buscan con ahinco, en la red se puede encontrar material de esta gente. Me permito recomendarlo, como siempre, como medio de impresionar a las visitas, ocasionales levantes o momentos de romance frenético.

domingo, 12 de abril de 2009

¡Lo último en tendencias!

I – Vamos a ver... La mejor manera de empezar este post seria bajarse esto y escucharlo. Es sólo un tema, ergo cortito.

II – Bien, lo que acaban de escuchar es –no hace falta decirlo– una creación tecno-minimalista de un grupo holando-singapurense que está haciendo furor ahora mismo en Ibiza con un estilo de vanguardia experimental de alta tecnología que...

III – Olviden lo anterior, era simplemente un verso violento para demostrar lo fácil que es escribir en cualquier revista de papel satinado. La realidad es mucho menos pedante y más interesante: el tema que acaban de escuchar es del año... 1959. Su autor: un tipo peculiar que se llamaba Raymond Scott, y de cuyo nacimiento se cumplieron 100 años en 2008.


El amigo Raymond se llamaba en realidad Harry Warnow, pero eso importa poco. Nació en Brooklyn, hijo de inmigrantes judíos rusos, y se lo puede considerar uno de los padres de la música electrónica. Algunas de sus composiciones fueron adaptadas para historietas como Bugs Bunny o el Pato Lucas, mientras que obras suyas originales fueron utilizadas en Ren & Stimpy (como ven: pop culture al día). De todas formas a él esto le interesaba poco.

Raymond Scott era un ingeniero de sonido casi exclusivamente interesado en la experimentación, tanto que creó este moderrrrrno aparato: el Electronium, según sus palabras: instantaneous composition-performance machine. La obra que escuchamos fue creada con este aparatejo, y se llama "Cindy Electronium" (Raymond Scott - 1959).


Existe un álbum doble con diversos trabajos suyos (Manhattan Research Inc. - 2000) de los '50 y '60, algunos de ellos pueden escucharse en comerciales y todos son experimentos musicales dignos de atención, algunos sorprendentemente avant la lettre, otros raros y también ingenuos, pero disfrutables con un poco de tiempo.


Este trabajo no fue muy apreciado por artistas de su época, y por ota parte aunque estuvo vinculado con el jazz en cierta etapa de su vida parece que el hombre se sentía más cómodo en compañía de técnicos que de músicos. Murió no hace tanto, con muy pocos mangos en el bolsillo y sin que se le reconociera ni una fracción de su talento. Un buen ejemplo de que en estas condiciones la creatividad está menos recompensada que la capacidad de venderse.

Es realmente peliagudo determinar el "valor musical" de una obra, al menos para mí que de música no sé nada. Pero estoy más seguro de que conocer cosas como estas brinda el placer de rastrear tendencias y chusmear curiosidades. Más que suficiente.